viernes, 2 de febrero de 2007

Un movimiento preciso



No sé en qué minuto todo confluye para que se produzca un encuentro con quienes han formado parte de nuestra historia en una época determinada. Quizás tenga que ver con romper la rutina, como dice Jodorowsky, con probar algo nuevo, con aprender un camino. Es tan simple como alterar en pocos grados la ruta habitual y las energías nos dan alguna sorpresa.

Contra todas las predicciones ('me voy a descansar a la casa, ya') fui a ver a una amiga a su empresa. Dos minutos y me enteré de unas cuantas noticias agradables. Dos minutos más y una reunión urgente interrumpió nuestra conversación. Entonces decidí seguir el plan original y 'rajar' a mi casa pero ya había alterado la ruta. Si hubiese estado conciente de eso sólo habría quedado esperar, pero como no era el caso recibí no una, sino dos sorpresas. En menos de una cuadra me topé con un par de amigos que simbolizaban dos períodos de mi vida. A ninguno de los dos los había visto en varios años. Con él conversamos poco pero con harto afecto; con ella ( y me acordé de las primeras líneas de la novela de la Anto ) nos contamos la vida en diez minutos, anotamos coordenadas y juramos vernos luego.

Definitivamente, hay que alterar el camino de vez en cuando para no perderse todo lo que nos espera a la vuelta de la esquina.



Un regalo...gran versión del clásico de Bob Dylan

8 comentarios:

CAROLINA MENESES COLUMBIÉ dijo...

Claro, sólo basta desviarse unos grados, hacer las cosas de manera diferente, apretar una tecla, y el milagro se hace.

Besos

mayra! dijo...

Hola!!!

definitivamente... hay que salirse de la rutina, pro sólo lo suficiente para que ese cambio sea perceptible :)

muchos besitos
post me

bye!!!

klimt dijo...

si, a veces nos preguntamos porque esto o porque aquello

en fin siempre he creido en la vida, ella nos pone las cosas, dependera de nosotros saberlas ver y tomar

gracias por compartir...

Antonia Katz dijo...

Aún cuando hago alusión a que las mujeres tenemos esa capacidad de contarnos todo a los cinco minutos de habernos conocido, los encuentros así de sabrosos y honestos, no dejan más que ganas de sacar el alma al aire un ratico.

La fotografía me hizo recordar el Laberinto del Fauno, film que tuve oportunidad de ver antes del estreno en cines, ojalá puedas conseguirla.

Un abrazo

Héctor Jorquera dijo...

pucha, me confieso un caos andante, mas bien tener rutina es algo que me ocurre pocas veces, y creeme, tb siento que me falta centro, que necesito rutinas como cable a tierra, como que la vida no puede ser puro jazz. Hallar y no siempre buscar. Abrazos desde el Sur

May@ dijo...

Tienes toda la razón!

Así lo hice hoy... pensaba postear algo y me desvié... Fue así como llegué aquí.

Saludos escandinavos!

Anónimo dijo...

Hola Mary:

Sin duda es un excelente ejercicio la caminata, más si es acompañado de sorpresas gratas.

Felíz fin de semana.

@Igna-Nachodenoche dijo...

Así es la vida, un laberinto pequeño, donde en cualquier lugar te espera la sorpresa.

La música un buen regalo.

Saludos.