miércoles, 26 de septiembre de 2007

La cultura de la queja



Todo el mundo se queja y con ello la energía creativa llega a ras de suelo.
Debo aclarar que, con 'queja', me refiero a la "acción de quejarse" (la tercera acepción de las cinco de RAE online) que en sí no conduce a nada y sólo agrava el estado de las cosas que no tienen solución inmediata. Distinto es el reclamo formal, el que se hace directamente con el responsable de la situación que intentamos modificar....Sí, creo en el derecho a pataleo pero no creo en la cultura de la queja per se.

Algunas frases que tal vez les sean familiares...

- Ay, qué lata que hace frío (seguro que va mejor el clima con el comentario)
- No creo que me resulte (jamás lo ha intentado)
- Encuentro espantoso esto de volver a trabajar después de la semana de vacaciones (obvio, compra Kino)
- Uf, menos mal que fue amable, la gente está tan indolente (se hubiera quedado con la primera parte)

Me agoté...también me estoy quejando

martes, 11 de septiembre de 2007

Un triste adiós para Yolanda



Pocos días antes de su muerte la recordé muchísimo... hoy me llega un mail doloroso y real de la querida Ana Rosa Romo. Lo comparto con ustedes...


Un triste adiós para Yolanda

¡¡Qué solos se quedan los muertos!!...dice una conocida frase... pero uno nunca quisiera que en el adiós, un colega estuviera tan solo como estuvo Yolanda Montecinos en esa gris mañana de sábado 8 de septiembre.
Incluyendo su reducida familia no eran más de 70 personas las que llegaron a la Parroquia San Bruno en Ñuñoa para el responso del mediodía. La noche anterior, en el velatorio, fueron menos de cinco las personas que llegaron a presentar sus condolencias... de su gremio, sólo dos estuvimos ahí con sus hijas y nietas.
Y mientras, en la televisión cuanto "rostro" cree hoy día ser un personaje importante ponía cara de tristeza y daba el pésame a la familia...al mismo tiempo que mandaba a sus camarógrafos a captar en detalle la salida del féretro desde la casa de reposo en que murió Yolanda.
Hoy brillaron por su ausencia todos aquellos que han hecho sentidas declaraciones por los diarios y la TV. Así es re fácil... hablar tres o cuatro cosas por teléfono o frente a una cámara que te encuentra a la salida de tu canal de TV...
Pero en la iglesia no estaban sus compañeros de “Maravillozoo”, su último trabajo de televisión en Canal 13... Tampoco estaban aquellos con los que compartió "Cuánto vale el show?", ¡¡Para qué decir si fue algún ejecutivo del católico Canal 13!! ¿Para qué?...si ya la "utilizó" y le "sirvió"...¿quién era Yolanda ahora para ellos?...
Los cantantes, actores, actrices, bailarines...tampoco estaban.
De su gremio: no alcanzamos a contar doce. Entre ellos, Carmen Mera, Silvia León, Raquel Cordero, Luciano Vásquez, Ricardo Henríquez, Angélica Rodríguez y su marido, Mariano Silva, Francisco Castillo.
También se hicieron presente Javier Miranda, Alfredo Lamadrid, Ricardo Meruane, Reynaldo Tomás Martínez, Arturo Nicoletti...
No vimos a su autodenominada "mejor amiga". Quienes conocimos a Yolanda y tuvimos oportunidad de trabajar con ella y de compartir también en instancias gremiales, sabemos perfectamente que esa actriz jamás fue su amiga. Ese fue un verso que surgió cuando Yolanda ya no podía desmentir, cuando su mente divagaba por otros mundos.
La gran, única y verdadera amiga de Yolanda fue su tocaya Yolanda Campos, y ella sí estaba, con los ojos llenos de lágrimas y lamentando no haber podido ver a su amiga los últimos siete años... cuando la familia aisló a Yolanda debido a su enfermedad. Actitud entendible, tal vez, para que todo ese reporteo barato que hoy existe no se solazara con el deterioro intelectual de una mujer brillante como fue nuestra colega... pero ese aislamiento era incomprensible para personas como Yolanda Campos que compartía un sentimiento de amistad profundo con ella.
Ahora los medios de comunicación la recuerdan como "la crítica de hierro", "lapidaria", "sin pelos en la lengua", en realidad la debemos recordar como una profesional que prestigiaba el periodismo de espectáculo porque se dedicaba a analizar el trabajo de artistas, actores, bailarines o cantantes y lo hacía con conocimiento de causa porque su bagaje cultural le permitía distinguir una buena actuación, un buen desplazamiento escénico, una buena voz, etc., y así realizaba una crítica certera.
También la recordamos como una mujer súper trabajadora, que se desempeñaba en varios medios a la vez porque ella era el sostén de toda su familia: sus hijas, sus nietas, y también su compañero de vida.
Lamentablemente disfrutó poco de la época en que la televisión empezó a pagar a la gente que utilizaba en sus programas. Pero al mismo tiempo, nos alegramos que Yolanda no viviera este proceso de farandulización de nuestra profesión, especialmente en la TV , porque seguramente ella no habría compartido estas instancias.
Y la otra faceta de Yolanda fue la pedagogía. Ella hizo clases en el Instituto Procom, en la Universidad UNIACC (por nombrar algunos) y hay generaciones de jóvenes que trabajan en la televisión o periodistas distribuidos en distintos medios, que hoy día no fueron capaces de rendir homenaje a su maestra.
Es triste despedir a una colega pero más aún cuando sus conocidos, sus amigos, sus pares, sus empleadores, sus colegas… la olvidan antes de darle el último adiós.
¡Que descanses en paz Yolanda!!

Ana Rosa Romo R.
Periodista

sábado, 1 de septiembre de 2007

La Pregunta del Millón




¿Por qué,madres y padres, terminamos siempre
vendiendo las rifas que les encargan a los hijos en el colegio?